Playa de la Malvarrosa

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Playa de la Malvarrosa en un óleo sobre tabla de 14 x 9 cm / Pintor Alejandro Cabeza


La playa de la Malvarrosa, ubicada en Valencia, España, debe su nombre a las extensas plantaciones de malvarrosas que se cultivaron en la zona. Originalmente, la playa era un marjal, una área de humedales rica en flora y fauna. Los pescadores solían utilizar la costa para lanzar sus redes, que luego eran recogidas por barcos con velas latinas. Estos barcos llevaban las redes a la orilla, donde eran recogidas por bueyes.

Sin embargo, la llegada del botánico francés Jean Felix Robillard Closier en 1848 cambiaría drásticamente la zona. Robillard, quien había estudiado en Francia y había sido jardinero jefe en los Campos Elíseos, se convirtió en el Jardinero Jefe del Jardín Botánico de Valencia. Al darse cuenta del potencial de la zona de la playa de la Malvarrosa, decidió adquirir terrenos en 1856 y drenarlos para cultivar diferentes plantas florales, como rosas, jazmines y una especie de geranio conocida popularmente como "malvarrosa" debido al intenso color malva de sus pétalos.

Aunque inicialmente se cultivaron diferentes flores, fue la malvarrosa en su variedad científica llamada "Pelargonium Capitatum" la que finalmente se cultivó a gran escala para su procesamiento industrial y extracción de aceites esenciales. La vista de los campos cercanos a la costa teñidos de malva debió de ser impresionante. Cabe mencionar que el Jardín Botánico de Valencia cataloga a esta planta como medicinal, pero también está clasificada como una especie invasora en España, por lo que se recomienda plantar otras variedades de la especie Pelargonium.

Estas plantaciones de malvarrosas dieron nombre a la playa y también al barrio circundante, que aún conserva ese nombre. En su propiedad, Robillard dividió el terreno en tres áreas principales: su casa, ubicada en la calle de San Rafael; el huerto donde cultivaba las flores; y la fábrica donde destilaba los aceites esenciales para producir jabones, perfumes y otros productos de perfumería que eran muy apreciados no solo en Valencia y España, sino en todo el mundo.

Así, la transformación de un marjal en plantaciones de malvarrosas y la posterior industrialización de la zona dieron origen al nombre de la playa y dejaron una marca en la historia del barrio de la Malvarrosa en Valencia.