El estudio de este pico en diversas obras remarca las interpretaciones realizadas con nieve en el contorno de la montaña, iluminándola de blancos y azules que muestran una superficie en su estado mas salvaje. Las nieves, con el paso de los años se han reducido significativamente en los inviernos y cuando surge un periodo donde se presentan con fuerza se convierten en un gran aliciente para estas pinturas de las que no hay que dejar pasar por alto. Sigo realizando trabajos de este paraje en diferentes perspectivas con el pueblo de Hervás.
El Pinajarro, con sus imponentes 2100 metros de altura, se alza como el emblema indiscutible de Hervás. Su condición de ser una de las montañas más desconocidas de Extremadura le otorga un encanto inhóspito y misterioso que cautiva a quienes se atreven a explorarla. Su ascenso y descenso ofrecen una experiencia única, dejando una huella imborrable en todo viajero que se sumerge en su entorno natural. Cada vez que inicio una nueva obra inspirada en este fascinante paraje, una emoción intensa me envuelve, como si la montaña misma transmitiera su fuerza y magnetismo.