Fue inaugurado en 1932 gracias a la generosa donación de la viuda del pintor, quien cedió el edificio al Estado para crear un museo en memoria de su difunto esposo.
La colección principal del museo está compuesta por más de 1200 pinturas realizadas por Sorolla. Estas obras representan diferentes temas y estilos que muestran la maestría y versatilidad del pintor. Además de las pinturas, el museo también alberga una valiosa colección de dibujos que ofrecen una mirada íntima a la vida familiar de Sorolla, así como los bocetos de los diseños que creó para su propia residencia.
El museo se encuentra en un palacete rodeado de un encantador jardín de estilo andaluz. Aunque no es tan grande como el Museo del Prado o el Thyssen, sigue siendo una visita interesante para aquellos que dispongan de tiempo suficiente en la ciudad o que planeen visitarla en varias ocasiones.
Además de las pinturas y los dibujos, el Museo Sorolla exhibe una variedad de esculturas, piezas de cerámica, joyas, objetos personales y fotografías antiguas que ofrecen una visión más completa de la vida y los intereses del pintor. También se pueden apreciar los muebles originales que aún ocupan su lugar en la casa, lo que añade un toque auténtico y evocador a la experiencia de los visitantes.