En mis viajes por Andalucía, tuve la oportunidad de recorrer diversas regiones de la costa, descubriendo rincones llenos de encanto y belleza natural. Uno de los lugares que más me cautivó fue el popular pueblo de Nerja, conocido por sus impresionantes vistas al mar, sus calles pintorescas y su entorno paisajístico único. Durante mi estancia allí, realicé varias obras en pequeño formato inspiradas en su costa y en los paisajes que lo rodean, tratando de capturar la esencia y la atmósfera de este lugar tan especial.
En esta composición en particular, he decidido dirigir la mirada hacia el interior del pueblo, centrándome en el paisaje que lo circunda. Se pueden apreciar colinas y terrenos característicos del Mediterráneo, cubiertos de una abundante vegetación típica del monte bajo. Arbustos, matorrales y pequeñas formaciones vegetales se entremezclan en una armonía natural, creando un contraste interesante con la arquitectura y el trazado del pueblo. Para plasmar esta riqueza visual, he utilizado pinceladas cortas y sueltas, buscando representar con dinamismo y expresividad la textura y la variedad de este entorno.
El Mediterráneo tiene una luz especial, y en esta obra he querido reflejar cómo incide sobre la vegetación y los paisajes, resaltando matices y contrastes que dotan de vida a la escena. Nerja, con su mezcla de tradición y naturaleza, ofrece innumerables motivos para la inspiración artística, y esta pintura es solo una pequeña muestra de la magia que se puede encontrar en cada rincón de este maravilloso lugar.
