Castillo de Sagunto

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 Castillo de Sagunto en un óleo sobre tela de 27 x 22 cm / Pintor Alejandro Cabeza

El Castillo de Sagunto es una impresionante fortaleza ubicada en la cima de una colina, que marca el final de la sierra Calderona. Con una longitud cercana al kilómetro, este castillo es un testimonio vivo de la historia y la cultura que se han desarrollado en la región.

Aunque la fortaleza islámica actual no coincide con los límites del asentamiento ibérico y romano, se pueden encontrar vestigios de construcciones romanas en las laderas sur y este, mientras que hacia el oeste se encuentran restos de la muralla ibérica. Las murallas que rodean el castillo en la actualidad son de diferentes épocas y estilos, y en su interior albergan restos de diferentes culturas que han dejado su huella a lo largo de los últimos dos mil años.

Uno de los puntos destacados del castillo es la plaza de Armas, a la cual se accede a través de la puerta de entrada actual. En esta plaza se conservan los restos más importantes de las antiguas construcciones del foro municipal. La monumentalidad de los edificios que formaban parte de este conjunto urbano se puede apreciar en las grandes basas de columna que se encuentran cerca del antiguo Museo Histórico Militar.

El Castillo de Sagunto fue declarado Monumento Nacional en 1931. En la actualidad, se divide en 7 plazas o recintos independientes, y desde su cima se puede disfrutar de una hermosa vista panorámica de los campos de cultivo y el cercano Mar Mediterráneo.


Calle de Albarracín

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Calle de Albarracín en un óleo sobre tabla de 40 x 30 cm / Pintor Alejandro Cabeza 2006

Albarracín es un hermoso municipio ubicado en la provincia de Teruel. Es conocido como uno de los pueblos más bonitos de España. Está situado en los Montes Universales, cerca del río Guadalaviar y rodeado por la impresionante Sierra de Albarracín. En 1961, fue declarado Monumento Nacional y en 1996 recibió la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes.

Antiguamente, Albarracín fue la capital de un reino de taifas, y aún conserva el encanto de su pasado islámico y medieval. El municipio está rodeado por murallas que culminan en el Castillo del Andador. Además, las rocas crean un foso natural que contribuye a un paisaje espectacular.

La belleza de Albarracín radica principalmente en el trazado de sus calles, adaptadas a la difícil topografía del terreno. Se pueden encontrar escalinatas y pasadizos que le dan un aspecto único. El caserío de Albarracín se distingue por sus muros irregulares de color rojizo y entramado de madera, lo cual le confiere un aspecto pintoresco.

Albarracín cuenta con una gran cantidad de monumentos, entre los que se destacan la Iglesia de Santa María, la Catedral, el Palacio Episcopal y varias mansiones señoriales. Además, su arquitectura popular es muy peculiar, destacándose lugares como la casa de la Julianeta, la casa de la calle Azagra, la plaza de la Comunidad y la pequeña y evocadora Plaza Mayor.

Visitar Albarracín es sumergirse en la historia y la belleza de un pueblo con un legado cultural impresionante. Su combinación de paisajes naturales, arquitectura medieval y encanto tradicional lo convierten en un destino turístico de gran atractivo.