Calle de Albarracín

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Calle de Albarracín en un óleo sobre tabla de 40 x 30 cm / Pintor Alejandro Cabeza 2006

Albarracín es un hermoso municipio ubicado en la provincia de Teruel. Es conocido como uno de los pueblos más bonitos de España. Está situado en los Montes Universales, cerca del río Guadalaviar y rodeado por la impresionante Sierra de Albarracín. En 1961, fue declarado Monumento Nacional y en 1996 recibió la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes.

Antiguamente, Albarracín fue la capital de un reino de taifas, y aún conserva el encanto de su pasado islámico y medieval. El municipio está rodeado por murallas que culminan en el Castillo del Andador. Además, las rocas crean un foso natural que contribuye a un paisaje espectacular.

La belleza de Albarracín radica principalmente en el trazado de sus calles, adaptadas a la difícil topografía del terreno. Se pueden encontrar escalinatas y pasadizos que le dan un aspecto único. El caserío de Albarracín se distingue por sus muros irregulares de color rojizo y entramado de madera, lo cual le confiere un aspecto pintoresco.

Albarracín cuenta con una gran cantidad de monumentos, entre los que se destacan la Iglesia de Santa María, la Catedral, el Palacio Episcopal y varias mansiones señoriales. Además, su arquitectura popular es muy peculiar, destacándose lugares como la casa de la Julianeta, la casa de la calle Azagra, la plaza de la Comunidad y la pequeña y evocadora Plaza Mayor.

Visitar Albarracín es sumergirse en la historia y la belleza de un pueblo con un legado cultural impresionante. Su combinación de paisajes naturales, arquitectura medieval y encanto tradicional lo convierten en un destino turístico de gran atractivo.



Plaza del Arzobispo de Valencia

Plaza del Arzobispo, Pintor Alejandro Cabeza, Pintor Español, Arte Valenciano, Pasajes valencianos, Pintura constumbrista, Paisajes de Valencia, Pintores Españoles, Impresionismo Valenciano, Alquerías valencianas, Museo de Bellas Artes de ValenciaPlaza del Arzobispo de Valencia en un óleo sobre tela de 27 x 22 cm / Pintor Alejandro Cabeza

Es la plaza del Arzobispo de Valencia, también conocida como "del cardenal Benlloch" de 1923 a 1939, se encuentra un encantador rincón ajardinado que se extiende entre el Palacio Arzobispal y el Palacio del Marqués del Campo, hoy Museo de la ciudad de Valencia. En este pequeño espacio se destacan dos elementos de interés.

El primero es una alberca rectangular con un fondo ajedrezado compuesto por ladrillos verdes y blancos, decorada con una cenefa en zigzag. En el centro de la alberca se encuentra una pila de piedra de estilo románico, que cuenta con dieciséis gajos en relieve tosco. El agua del surtidor fluye sobre la pila, creando un equilibrio visual y siendo drenada a través de un desagüe. Este conjunto arquitectónico y acuático ofrece una vista serena y refrescante en medio del bullicio de la plaza.

Por otro lado, se encuentra una escultura dedicada al arzobispo D. Marcelino Olaechea Loizaga, quien ejerció como arzobispo de Valencia entre 1946 y 1972. La escultura está ubicada sobre un pedestal prismático de sección cuadrada, que se eleva en altura. El prelado es representado en bronce a tamaño ligeramente mayor que el natural. La obra, creada por el escultor Octavio Vicent, muestra al arzobispo de pie, vistiendo una esclavina, solideo y un manteo terciado. La posición del brazo derecho del arzobispo, ligeramente levantado, refleja una actitud que oscila entre el saludo y la bendición, característica propia del prelado. En la parte frontal del pedestal, mirando hacia el Arzobispado, se encuentra una inscripción que dice: "Valencia a su arzobispo Marcelino MCMLXXVII". Esta escultura fue inaugurada el 17 de febrero de 1978, en reconocimiento a la labor y dedicación del arzobispo Marcelino Olaechea Loizaga.